Desde que nacen, los niños descubren poco a poco sus posibilidades corporales para crear, comunicarse, tener sensaciones, recordar... En toda actividad humana existe un comportamiento corporal. Para poder nombrar algo, pensar, recordar... el niño necesita tener una experiencia previa; organiza poco a pco el mundo a partir de su propio cuerpo. Pero el niño, además de manejar y conocer su cuerpo, también se relaciona con las cosas y las personas que le rodean. Durante los primeros años de vida, la experiencia del niño del entorno es concreta, manipulativa o perceptiva: conoce lo que ve, lo que toca, lo que vive. El tacto, la visión y la locomoción son los intrumentos de los que se vale el niño para conocer, asimilar y representar el mundo que le rodea.
Si bien el moviento de pinza (sujetar un objeto con índice y pulgar) ya está presente en el recién nacido, no es hasta los nueve meses cuando el niño puede hacerlo y así alcanzar voluntariamente los objetos y manipularlos para conocerlos. Asimismo, la psicomotricidad contribuye al lenguaje. Pensemos que el lenguaje es tributario de las adquisiciones motrices; nosotros utilizamos las palabras para nombrar cosas y los nombres nos sirven para nombrar cosas que no tenemos. El lenguaje aparece después de que el niño tenga experiencia cncreta, manipulativa de la cosas. Primero percibe, ve, manipula y después nombra, representa.
Por ello, el movimiento no es algo puramente motriz, puesto que desde que el niño nace, el movimiento es comunicación, lenguaje. El cuerpo se expresa continua-mente, un gesto a menudo vale más que mil palabras, lo que ocurre es que poco a poco, y a medida que nos vamos haciendo adultos, el lenguaje verbal va sustituyendo muchas de las funciones expresivas que tenía la motricidad infantil. Es cierto que usamos las palabras para comunicarnos, pero todo en nosotros sirve para comunicar. En cualquier momento nuestros gestos mantienen, afirman o contradicen nuestro discurso verbal.
En los parques infantiles se trabaja a fondo esta psicomotricidad del niño. Son gimnasios infantiles que estimulan a los niños para un correcto desarrollo. Los niños pequeños necesitan manipular con las manos, aprender a distinguir que, por ejemplo, un objeto tiene dos lados, aunque éste sea simétrico, necesitan trabajar la lateralidad, la coordinación, el equilibrio, entre otros. En algunos centros también participan los padres, de forma que se estrecha el vínculo entre el niño y sus progenitores, y además, estos aprenden técnicas psicomotrices para seguir trabajando en casa.
Además, la psicomotricidad estimula la inteligencia del niño. Resulta evidente que la iteligencia, en el sentido más amplio, la soporta el sistema nervioso y cuanto mejor se haya constituido éste, mayor desarrollo de sus capacidades tendrá. El cerebro es en como una masa de plastilina a la que se va dando forma. La psicomotricidad es un instrumento sumamente apropiado para que esa plastilina deje de ser amorfa. Si se estimula adecuadamente, se dará lugar a estructuras funcionales en el cerebro que constiuirán la base fisiológica de las formacones pciológicas que permiten establecer las condicones apra el aprendizaje. Ya se sabe que los circuitos neuronales por donde va a discurrir toda la información del ser humano se forman en la primera infancia.
Cuando nace un niño, o incluso en el útero, es decir en el momento enque el cerebro se empieza a formar, las posibilidades de conexión son prácticamente ilimitadas. A partir de ese momento empieza una carrera contrarreloj que va disminuyendo y, partir de los 7 u 8 años, las posibilidades van a ser casi nulas. Está claro, pues, que nacemos con unas determinadas potencialidades y el que las capacidades se desarrollen en mayor o menor grado depende, sobre todo, de los estímulos que el niño o la niña reciba.
Diversión mediante actividades de predeporte
Las actividades que se realizan dependen de la edad del niño que, normalmente, está en un grupo con otros niños de su edad. A partir de los 7 u 8 años, los juegos psicomotrices se intercalan y mezclan con el predeporte y la pregimnasia. Estos juegos, además de trabajar la motricidad de los pequeños, estimulan el sistema sensitivo.
Un juego que cuenta con mucha aceptación entre los niños y que trabaja diversos aspectos es el de las ovejas y el pastor. Se limita un campo, se escoge a un niño que será el pastor, al que se le vendan los ojos. El resto de niños son las ovejas y llevan un cascabel atado a las muñecas. El pastor debe intentar encontrar a sus ovejas guiándose por el sonido del cascabel, mientras que las ovejas deben moverse de un lado a otro del campo, intentando no hacer ruido para que el pastr no las encuentre. Con este juego, se trabaja la corrdinación de los que se mueven, y el sentido del oído del pastor.
Los niños más pequeños, de 1 a 3 ó 4 años realizan otro tipo de actividades. Volteretas, croquetas (girar sobre uno mismo), caminar sobre superficies altas que no son rectas para que cojan equilibrio y seguridad son algunas de las cosas que hacen los pequeños. Todo en estos parques es material blando, por lo que aunque el niño se caiga no se hace daño. No hay superficies duras, ni con esquinas, en fin, nada que pueda suponer un peligro.
Asimismo, se trabaja mucho con activiadades de suelo, que requieran que los niños repten, puesto que es importante que los niños no pierdan el gateo aunque ya hayan empezado a caminar. También realizan muchas actividades manuales, como pintura de dedos. Los niños aprenden a utilizar y a independizar cada parte de su cuerpo. Se van dando cuenta de lo que tienen y de que lo pueden utilizar.
Precauciones que los padres debemos adoptar
La Comisión Europea aprobó en 1998 una normativa sobre seguridad en juegos infantiles que no diferencia las actividades en la calle o en el interior de los centros. Francai es el único país europeo que, en la actulidad, aplica esta norma, mientras que en España el Gobierno ha optado porque sea de libre aplicación. Así pues, a falta de una normativa que regule la calidad y seguridad de los parques infantiles, los padres debemos comprobar, antes de dejar a nuestros hijos, que estas salas cumplen unas medidas de seguridad mínimas:
-La información sobre el aforo del local debe estar bien visible. Si el número de niños es excesivo, aumenta el riesgo de que se produzcan accidentes.
-La sala ha de disponer de un plan de emergencia a la vista de todos. Las palabras de emergencia debe ser fácilmente reconocibles por los más pequeños.
-El suelo debe ser mullido, flexible, elástico, blando y capaz de amortiguar la caída de los niños. En ningún caso, puede ser de loseta, madera o piedra.
-Las zonas de juego no deben incluir objetos punzantes, cristales u otros materiales que produzcan heridas.
-Los juegos no deben tener ranuras por las que el niño pueda meter la cabeza.
-En las piscinas con bolas, éstas deben ser de un plástico a prueba de alergias e intoxicaciones.
-Por cada 3 ó 4 niños debe haber un monitor.
-El equipamiento ha de incluir bancos o asientos, lavabos adaptados para el uso de los niños y alguna fuente o surtidor de agua. |
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